Servicios de

TÍTULO: Servicios de
MODALIDAD: Instalación
MEDIDAS: 4 m (ancho) x 2 m (alto)
AÑO: 2011

“Servicios de” ha sido Finalista en la Modalidad de Artes Visuales en “MalagaCrea, Muestras Culturales para Jóvenes”, 2012.

Esta obra plantea una reflexión sobre el uso y la iconografía de los baños públicos y cómo éstas se relacionan con la identidad y el sexo-género.

La obra está compuesta por 22 dibujos y una pequeña instalación que consta de un letrero de latón, reproducciones de éste en papel, un lápiz, una repisa y 9 clavos dorados.

Los dibujos son retratos de urinarios e inodoros hechos a lápiz, junto a estas imágenes se presenta una letrero de latón sin ninguna palabra escrita. En la repisa se nos ofrece una reflexión sobre los conceptos que operan en los servicios y en las construcciones de las identidades: hay tres palabras en la pared, “usos”, “cuerpos”, “ficciones”. Cada uno de estos conceptos pertenece un grupo de adjetivos y sustantivos escritos sobre letreros de papel. El espectador podrá coger un letrero de cada categoría (o más) y colgarlos en uno de los clavos dorados (bajo el letrero de latón), realizando así su propia construcción/ deconstrucción identitaria y dándole significado al letrero vacío. Se disponen letreros en blanco y un lápiz para aquella palabra que no ha sido contemplada y quiere ser escrita por el público.

Esta obra es parte de una serie de obras que reflexionan sobre el sexo-género y los aseos públicos:

Hay lugares donde el sexo-género deja de ser un concepto y se convierte en carne. Uno de esos lugares son los servicios públicos, atravesados por infinidad de significados y significantes. Los espacios configuran nuestra forma de movernos y comportarnos, pero también nos dicen quién somos o dejamos de ser. “En la puerta de cada retrete, como único signo, una interpelación de género: masculino o femenino, damas o caballeros, sombrero o pamela, bigote o florecilla, como si hubiera que entrar al baño a rehacerse el género”1. Y en este punto es donde surgen las preguntas: ¿Me representa a mi el bigote?, ¿Y la florecilla?, ¿Soy una dama?, ¿Llevo sombrero?. O más allá, ¿Y si llevo bigote pero no puedo orinar de pie?, ¿Soy entonces una mujer?, ¿Y si soy mujer pero no lo parezco?…

Los servicios dividen a las personas en categorías muy concretas: “mujer”, “hombre”, o “discapacitada”. Cuando sólo tenemos dos opciones, se entiende como “mujer” a las personas con cualquier tipo de diversidad funcional. Y estas categorías no son flexibles. Pero, ¿Quién se encarga de que cada persona esté donde le corresponde?, ¿Quién decide que sólo nos corresponde un lugar?. Nosotrxs vigilamos, nosotrxs castigamos. Cualquier tipo de comportamiento o apariencia física no apropiada es reprochada y reprimida por los propixs usuarixs, que observan con sorpresa, con desprecio o con miedo. Interpelamos con la mirada a aquella persona que resulta inapropiada. Decidimos que para cruzar el umbral de la puerta con la pamela debemos de ser “mujeres”: Que en este contexto significa ser femenina, parecerlo y orinar sentada. Si somos “hombres”, seremos masculinos y tendremos pene, para orinar de pie mientras lo mostramos. El sexo-género no se perdona, a no ser que tengamos diversidad funcional, entonces sí, incluso se nos priva de él.

Cabe pensar que realmente entramos al baño a recomponernos el sexo-género y no a satisfacer ciertas necesidades físicas. Pero el sexo-género es muy diverso, tiene mil formas lejos de esos dos arquetipos inalcanzables, no somos un icono, somos reales.

1 PRECIADO, B. (2006) “Basura y género. Mear/cagar. Masculino/femenino”. [web en línea]. Disponible desde Internet en: <http://www.hartza.com/basura.htm> [con acceso el 9 de febrero de 2012]